viernes, 11 de marzo de 2011

 

LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN

a) - El Conocimiento
b) - La actitud del Guerrero
Para el mundo
-
-
-
-
1 -

 "Cada vez que un hombre se propone aprender tiene que esforzarse como el que más, y los límites de su aprendizaje están determinados por su propia naturaleza. El miedo al Conocimiento es natural; todos lo experimentamos. Pero por terrible que sea el aprendizaje, es más terrible la idea de un hombre sin Conocimiento. Cuando un hombre se embarca en el Camino del Guerrero, poco a poco se va dando cuenta de que la vida ordinaria ha quedado atrás para siempre. Los medios del mundo ordinario ya no le sirven de sostén y debe adoptar un nuevo modo de sobrevivir."

Quizá, la visión que tenemos del mundo, no sea tan real, verdadera y definitiva como pensamos.
¿Estamos seguros que todo es como está establecido? ¿Estamos realmente despiertos? ¿Conocemos realmente el mundo que nos rodea? ¿Nos conocemos de verdad a nosotros mismos?
Al primer momento podemos pensar que sí, pero si nos estudiamos un poco, veremos que desde el mismo momento en que nacemos, la familia, la educación, el colegio, la televisión, el sistema, etc.… se encargan de darnos una descripción del mundo y de nosotros mismos, que no nos queda más remedio que adoptar como real.
Sin embargo, esa descripción está formada por un conjunto de ideas preconcebidas o conceptos preestablecidos de la realidad, es decir, que en realidad damos por sentado de antemano, que el mundo que nos rodea es de determinada manera, no en base a nuestra propia experiencia y comprensión, sino en función de lo que nos dice, la ciencia, la sociedad, los códigos morales, las creencias religiosas, etc.…
Eso nos crea unas estructuras o esquemas mentales que serán más o menos rígidos en función de la persona y la influencia de su entorno.
Nos crea lo que podríamos llamar un "programa psicológico", que nos envuelve y actúa de filtro alterando y condicionando todas las percepciones que podamos tener.
De manera que, ante una misma realidad, dos personas con una “envoltura” distinta, no la percibirán del mismo modo.
Esto hace que no podamos percibir la realidad de las cosas limpiamente. Porque al tener el intelecto lleno de ideas preconcebidas, todo lo que percibimos es automáticamente comparado con ellas, de manera que lo que realmente percibimos al final, es el resultado de esa comparación.
Por lo tanto , nuestro mundo se reduce a lo que ya está establecido dentro de nuestra psiquis; y todo lo que no encaje con eso, es inmediatamente cuestionado, y lo clasificamos como raro, desconocido, metafísico, mágico, absurdo, “científicamente no demostrable”, e incluso a algunos, les genera tanto miedo e inseguridad que lo rechazan, lo rehuyen y hasta tratan de destruirlo o desacreditarlo, porque les rompe sus rígidos esquemas, porque pone en evidencia su ignorancia, su debilidad y el enorme vació que constituye, en verdad, su realidad interior.
Esto no es nada nuevo. Muchas veces se ha hablado de ello; y no es necesario buscar en las enseñanzas de ningún gran maestro, sino que incluso personajes reconocidos por la sociedad, hablan claramente de ello. Por ejemplo, el filósofo Emmanuel Kant, en sus obras "La Crítica de la razón subjetiva" y "La crítica de la razón pura", explica que mediante la razón subjetiva, o el intelecto que todos conocemos, el hombre solo alcanza a conocer el "fenómeno" que es lo "aparentemente" real; es lo que resulta de comparar la realidad con lo que ya tenemos preestablecido, es la realidad filtrada por el “programa psicológico”.
Pero nunca podrá llegar a conocer lo que él llama el "noumeno" o la "cosa en sí", que es la causa y esencia de los fenómenos. Eso solo es posible a través de la razón pura, que está más allá de los razonamientos.
Por ejemplo; seguro que alguna vez, hemos visto a una persona, y en relación a como va vestida, como habla, como se mueve, etc... Nos llega una impresión. Y entonces la juzgamos, damos por sentado que debe ser así o asá, por que en nuestro registro tenemos archivado que una vez nos contaron o vimos a alguien con un aspecto similar y que era de esa manera; entonces comparamos y emitimos esa calificación. Pero luego resulta que conocemos a esa persona en su esencia, su vida y las causas de su aspecto, su comportamiento, etc.… y nos damos cuenta de que en realidad no era como habíamos pensado.
Lo que ha sucedido, es que una vez vimos o nos contaron algo, y lo consideramos como real. Entonces nos creamos una idea preconcebida de que aquello era realmente así. Y al volver a percibir una imagen parecida, buscamos en los registros de la mente y nos limitamos a comparar volviendo a emitir el mismo juicio. Con lo cual, nunca alcanzamos percibir la Realidad del entorno, porque únicamente vemos las cosas a través de esa "envoltura" que altera la percepción y la condiciona de manera que acabamos viendo solo aquello que nos “conviene”:
Con esto, queremos hacer entender que el intelecto es la función más elemental de la mente, es muy limitado y solo puede percibir las impresiones, que llegan a través de los cinco sentidos, y con esa información el intelecto elabora conceptos y crea una descripción del mundo.
A partir de ahí, toda impresión nueva, es juzgada y comparada automáticamente con los conceptos preestablecidos que ya tenemos.
Pero ocurre, que el mundo es infinitamente más amplio de lo que podemos percibir por los cinco sentidos. Intentar alcanzarlo con el intelecto es como querer ver la luna con un microscopio. Existen mundos paralelos aquí y ahora, pero solo es posible percibirlos a través de los sentidos del alma, y para ponerlos en actividad debemos despertar nuestra conciencia.
Platón también habla de ello en el "Mito de la Caverna", y define al hombre común como un individuo encadenado dentro de una caverna, que solo puede mirar hacia el interior y ver las sombras (el fenómeno) de las cosas que están en el exterior, y las confunde con la verdad, con aquello que las causa (el noumeno), que es lo que está afuera, en la luz. Esto es exactamente lo mismo que dice Kant, solo vemos las “sombras” de las cosas.
Una referencia más cercana, es la película "Matrix", que es una alegoría muy clara de todo lo que estamos hablando. Solo que las máquinas que tienen a los humanos esclavizados, no están afuera, sino dentro de nuestra propia psicología; son las que han creado ese programa que atrapa al hombre, ocultándole su realidad interior, y manteniendo su conciencia dormida en un mundo de fantasía, haciéndole creer además, que está despierto, eliminando así cualquier posibilidad de despertar.
En otras palabras, si uno tiene la conciencia dormida, pero da por sentado que está despierto, nunca jamás podrá despertar. Solo lo podrá conseguir, si encuentra un punto de referencia que le haga darse cuenta de su verdadero estado.
Todas esas "máquinas" constituyen lo que se conoce en psicología como Ego. Habitan en el subconsciente y las hemos creado nosotros mismos a lo largo de nuestra existencia. Cuanto más ego tengamos, mayor será el inconsciente y por lo tanto menor será el porcentaje de Conciencia despierta, es decir más dormidos estaremos.
El ego nos ha vuelto mecánicos. Las reacciones ante las impresiones que nos llegan, son totalmente mecánicas, porque ya estamos programados. Somos criaturas cargadas de hábitos y rutinas. Y encima la sociedad nos hace creer que somos libres, pero en realidad no lo somos tanto, porque pocas veces podemos decidir por nuestra cuenta.
Hay ya demasiados elementos dentro de nuestra psicología que condicionan nuestra conducta; demasiadas ideas preconcebidas enquistadas dentro de nosotros, acerca de lo que nos rodea, de lo que somos, de lo que nos gustaría ser; y eso nos impide ver la realidad y expresarnos de manera natural.
No es muy difícil darse cuenta de ello por uno mismo; basta con auto-observarse un poco durante el día, para estudiar las reacciones que tenemos. Podremos ver entonces, que en la mayoría de situaciones, aunque aparentemente parece que escogemos libremente el actuar de una forma u otra, veremos que hay algo dentro de nosotros que condiciona nuestros actos. Si nos fijamos veremos que no siempre hacemos ni pensamos lo que queremos.
Esta es la manera como vivimos; como vive el Hombre Común; como una marioneta gobernada por toda esa carga que llevamos en nuestro interior, es decir por el Ego, que se constituye de nuestros miedos, culpabilidades, codicia, ira, envidia, orgullo, lujuria, etc. ... e innumerables defectos más que tienen atrapada a nuestra esencia más pura, la Conciencia.
Todo eso conlleva muchas tensiones, sufrimientos, incongruencias internas. A menudo nos encontramos que estamos haciendo algo, pero entonces entra la mente y nos dice que deberíamos estar haciendo otra cosa y mientras, el cuerpo está deseando hacer otra distinta. Al final el desgaste energético es enorme.
Podremos darnos cuenta de que no hay una uniformidad absoluta dentro de nosotros, un equilibrio, una autoridad interna.
¿Porque no podemos dejar de pensar? ¿Por qué no somos coherentes, y ahora pensamos una cosa y a los cinco minutos lo vemos de forma distinta? Pues porque en realidad, no somos una unidad. Hay miles de elementos en nuestro interior, que piensan, sienten y actúan por nosotros.
Pero existe la posibilidad de cambiar. Se puede dejar de transitar por la vida con la conciencia dormida; se puede dejar de ser un hombre común para convertirse en Hombre de Conocimiento.
El Conocimiento

El Hombre de Conocimiento es aquel que un buen día, oyó a su Conciencia que le susurraba a su corazón que había cosas que no encajaban con la descripción que tenía del mundo. Es aquel que al darse cuenta de que vivía experiencias que no eran compatibles con su "programa psicológico", empezó a plantearse si existirían respuestas para tantos misterios.
Entonces empezó a buscar esas respuestas. Aunque seguía encadenado dentro de la "caverna" de Platón, empezó a girar la cabeza hasta que encontró la Luz.
La luz no es otra cosa que el Conocimiento. El único punto de referencia que puede ayudar al Hombre Común a convertirse en Hombre de Conocimiento, es decir, a ver el mundo de forma distinta, a darse cuenta que está dormido y encadenado detrás de una barrera racional que le hace confundir la realidad con una mera representación de ésta.
El Conocimiento es la Sabiduría Universal. No es para el intelecto, sino para el corazón, que es donde reside la Conciencia. No debe ser entendido o racionalizado, sino experimentado y comprendido.
Esta Sabiduría ha permanecido oculta a lo largo de cientos de años, protegida de la gran mayoría, bajo signos y claves que solo unos pocos podían interpretar y que iban transmitiendo en forma secreta.
Era necesario recibir una educación especial, para desarrollar ciertas aptitudes internas que permitieran su comprensión y desarrollo. Por eso, en la mayoría de los casos, el pueblo llano no tenía acceso a ella, solo las familias de reyes, emperadores, faraones, nobles, etc.…
Pero actualmente, ocurre que estamos al final de un ciclo, nuestro sistema solar ya ha dado la vuelta alrededor de Alcione, la estrella central de las Pléyades, pasando bajo la influencia de las 12 constelaciones, correspondientes a los 12 signos zodiacales, y esto ha puesto en actividad muchas partes de nuestro cerebro y mente que nos van a permitir comprender y asimilar muchas cosas que antes hubiera sido imposible sin esa preparación especial.
De hecho ya Jesús de Nazaret, Budha, Mahoma, Quetzaltcoatl, etc.…entre otros maestros ya vinieron en su momento a dar públicamente el Conocimiento. Vinieron a explicar exactamente lo mismo aunque con distintos matices en función de cada cultura. Pero en ningún caso vinieron a fundar religiones ni sectas. Lo que ocurrió, es que fueron mal interpretados por el pueblo; no se comprendió su mensaje porque se trató de entender desde detrás de la barrera racional, y eso no permitió ver el “noumeno” del que habla Kant; y a la larga solo generó creyentes y ateos, que al fin y al cabo son dos caras de la misma ignorancia.
Creer, no lleva a ningún lado, solo genera más cadenas y dependencias psicológicas.
El Conocimiento, insistimos, no es para creerlo, sino que tiene la finalidad de estructurar dentro de nosotros cómo funciona todo; para que cada uno por sí mismo, cuando viva una experiencia, pueda reconocerla, pueda asimilarla y comprenderla, convirtiendo ese conocimiento en algo propio, personal y verdadero dentro de sí mismo, es decir, en Sabiduría.
Por ejemplo, si hablamos de la cuarta dimensión y de la posibilidad de salir del cuerpo y hacer viajes astrales, no es para que lo racionalicemos, ya que solo nos daría la opción de creerlo o no creerlo, opinar, debatirlo, y eso no nos conduciría a nada.
La finalidad de transmitir el Conocimiento es para que si alguien tiene una experiencia de ese tipo, y se ve conscientemente fuera del cuerpo y se da cuenta de que es él mismo y es capaz de pensar, de sentir y de moverse de un sitio a otro, sepa reconocer lo que le está ocurriendo, y pueda comprenderlo.
Entonces, para esa persona el conocimiento ha dejado de ser algo meramente intelectual. Se ha convertido en sabiduría, porque sabe por sí mismo que la posibilidad de salir fuera del cuerpo es una realidad. Y aunque venga el científico más experto a discutírselo, uno sabe que es verdad.
Pero entonces, se dará cuenta de que es su verdad, y no la puede transmitir a nadie, en cualquier caso, puede dar la teoría y las prácticas para que otra persona llegue a experimentarlo por sí misma. Esa es la finalidad de una Escuela de Conocimiento: dar los medios para que cada uno encuentre la verdad dentro de sí mismo.
Cuando uno empieza a tener las claves, se da cuenta de que realmente el Conocimiento es universal y que es tan antiguo como el Mundo; porque está presente en todas las culturas y en todas las épocas. Podemos ver los mismos símbolos en Egipto que en una catedral gótica, que en una escultura griega o que en una pirámide de la cultura Maya, o Azteca o de los Incas, o en el Tibet, en la India o en China, etc.… incluso en la Biblia y el Antiguo Testamento existen los mismos símbolos que en el Corán, la Thorá o que en las palabras de Budha.
Iniciar el Camino del Conocimiento, implica empezar a rebelarse contra el estado en que nos encontramos. Se trata de iniciar una revolución contra todo lo establecido, pero no afuera, sino dentro de nosotros; este es el gran secreto.
-
-
-





-


-





La actitud del Guerrero

Hay mucha gente que se da cuenta de como está el mundo, y sienten esa necesidad de rebelarse, de cambiar las circunstancias, pero canalizan mal esa rebeldía y enfocan todo su esfuerzo hacia afuera, se afilian a tal o cual grupo, o simplemente deciden vestir de determinada manera para mostrar su disconformidad con lo establecido, y está bien, no es que estemos en contra de eso, podrán ayudar a alguna causa concreta, pero jamás lograrán de verdad, cambiar el fondo de la cuestión, es decir a sí mismos.
Hay una ley cósmica, conocida como la “Ley de Analogías”, que dice que como es adentro es afuera y como es arriba es abajo, es decir que el estado actual del planeta, no es más que el reflejo del interior de cada uno de los individuos que lo habitamos, y de la misma manera nuestro entorno más cercano no es más que el reflejo de nuestro interior.
Por lo tanto, para cambiar el mundo, es necesario que todos sus habitantes o gran parte de ellos, cambien internamente. De hecho existen experiencias al respecto. A veces se han hecho experimentos en los que determinados grupos han estado haciendo trabajos conjuntos de meditación durante unos días, y en esa ciudad ha bajado el número de actos delictivos, por ejemplo.
Así pues, para cambiar nuestro mundo, hay que empezar por cambiarse a uno mismo.
Y pueden estar seguros que cuando uno empieza a transformarse, cambia su estado interior, cambia su vibración energética, aumenta su nivel de Ser y en consecuencia se empiezan a generar y a atraer circunstancias nuevas afines a su nuevo estado.
Es cierto que cambiarse a sí mismo no es cosa fácil, pero está al alcance de cualquier persona que anhele hacerlo. A partir de ahí, solo se requiere de otra cosa más: Adoptar la Actitud del Guerrero.
Para convertirse en Hombre de Conocimiento se necesita ser guerrero, revolucionario.
Se trata de empezar a liberarse de las cadenas de las que habla Platón y salir de la caverna.
Pero cuando uno elimina su “programa psicológico”, ya no hay nada que le dicte cómo tiene que actuar, ni qué tiene qué pensar, ni qué tiene que sentir; uno empieza a ser libre, y eso no es sencillo, ya que implica pensar por uno mismo, tomar decisiones.
Por lo tanto asumir la responsabilidad hasta la última consecuencia de esas decisiones, y para eso se necesita ser osado y valiente.
Ser guerrero no define ninguna característica externa, no tiene nada que ver con la edad, ni con el sexo, ni con el aspecto físico. Puede serlo una dulce abuela de 70 años, o un joven de 16. Ser guerrero es una actitud, es una resolución interior, es un modo de vida.
Se trata de tomar el compromiso con uno mismo. Y solo con eso, ya se empiezan a mover cosas y a generar circunstancias nuevas.
-

Para el mundo


(Juan Matus)
“Un guerrero acepta la responsabilidad de sus actos, hasta el más trivial de sus actos.
El hombre corriente actúa según sus pensamientos y nunca asume la responsabilidad por lo que hace.”
“Desde el momento en que nacemos la gente nos dice que el mundo es esto y aquello y de tal y cual manera; naturalmente, no tenemos otra opción más que aceptar que el mundo es de la forma en que la gente nos está diciendo que es.”
“La razón hace que los seres humanos olviden que la descripción del mundo es tan sólo una descripción, y antes de que se den cuenta, han atrapado la totalidad de sí mismos en un círculo vicioso del cual raramente escapan en toda su vida.”
“En tanto continuemos embotellados dentro de las normas podridas y rancias del intelecto, será algo más que imposible la experiencia de ESO que no es de la mente, de Eso que no es del tiempo, de ESO que es LO REAL.”
“Los seres humanos son perceptores, pero el mundo que perciben es una ilusión: una ilusión creada por la descripción que les contaron desde el momento mismo en que nacieron.
“Así pues, el mundo que su razón quiere sostener es, en esencia, un mundo creado por una descripción que tiene reglas dogmáticas e inviolables, reglas que su razón aprende a aceptar y a defender.”
“El hombre corriente es consciente de todo, sólo cuando piensa que debería serlo; la condición de un guerrero, en cambio, es ser consciente de todo en todo momento.”
“El camino del guerrero ofrece al hombre una vida nueva, y esa vida tiene que ser completamente nueva. No puede uno llevar a esa nueva vida sus viejas y malas costumbres”
“Una de las cosas más dramáticas de la condición humana es la macabra conexión que existe entre la estupidez y la imagen de sí. Es la estupidez lo que obliga al hombre corriente a descartar cualquier cosa que no se ajuste a las expectativas de la imagen de sí mismo. El hecho de ser hombres corrientes, por ejemplo, hace que seamos ciegos a una parte de conocimiento……”
“El hombre racional, al aferrarse tercamente a la imagen de sí mismo, se garantiza una ignorancia abismal. Ignora el hecho de que el chamanismo no es cuestión de encantamientos y abracadabras, sino que es la libertad de percibir no sólo el mundo que se da por sentado, sino todo lo que es humanamente posible lograr. Tiembla ante la posibilidad de ser libre”.
“No es que un guerrero aprenda chamanismo con el paso del tiempo; lo que aprende con el paso del tiempo, es más bien, a ahorrar energía. Esa energía le permitirá manejar algunos de los campos de energía que normalmente le son inaccesibles. El chamanismo es un estado de conciencia, es la facultad de utilizar campos de energía que no se emplean para percibir el mundo cotidiano que conocemos”. “No es por codicia que los guerreros se aventuran en lo desconocido. La codicia sólo es eficaz en el mundo de los asuntos cotidianos. Para aventurarse en esa aterradora soledad de lo desconocido se necesita mucho más que codicia: se necesita Amor. Hay que tener amor en la vida, a la intriga, al misterio. Hay que tener una curiosidad insaciable y una montaña de agallas.”
Parar el mundo es el primer paso. Sucede cuando uno empieza reconocer dentro de sí todo lo que hemos estado hablando hasta ahora y se da cuenta de cual es su verdadero estado.
Para parar el mundo, se necesita sentir el anhelo de llevar a cabo un cambio interno radical. Acabar con la descripción que tenemos del mundo, y aprender a ver esa “Realidad” que nos hace actuar.
Es por lo tanto una resolución interior, un acto consciente, un compromiso que cada uno adopta consigo mismo. Y obviamente conlleva una responsabilidad. No aceptarla supone, de hecho, continuar en la descripción que ya tenemos, autoengañarse y seguir viviendo en ese “mundo conocido”, en el camino frecuentado, siendo una oveja más del gran rebaño de la vida mecánica.
Parar nuestro mundo pasa irremediablemente por conocerlo. Por más que nos cuenten, uno solo puede encontrar las respuestas dentro de sí mismo. Por eso el camino del conocimiento, es en verdad un camino de Auto-conocimiento.
Para poder cambiar, es necesario iniciar un trabajo de estudio de uno mismo, reflexión y meditación acerca de nuestros actos, reacciones, pensamientos, emociones, etc.… es decir que hay que convertirse en nuestros propios psicólogos, hasta llegar a comprendernos en lo más hondo.
Existe un mundo maravilloso infinitamente más amplio al que conocemos ahora, y está aquí, ante nuestras narices, pero no podemos verlo, porque para empezar, damos por sentado que no existe.
A medida que vayamos despertando podremos acceder a un mundo nuevo, pero para poder percibirlo es necesario, abrir la mente. Limpiarla de tantos conceptos preestablecidos, y estructuras rígidas. Hay que “poner vino nuevo en odre nuevo”, como dijo Jesús el Cristo, cuando se refería precisamente, a que es necesaria una mente nueva para poder acoger a lo nuevo.
El camino del Conocimiento es todo nuevo, y le lleva a uno a vivir experiencias nuevas, que nada tienen que ver con la descripción previa que tenemos de todo.
No pueden compararse con los registros que tenemos archivados en la memoria del intelecto, por lo tanto debemos ir resquebrajando el “programa” para tener la posibilidad de percibir limpiamente lo nuevo.
Para empezar a despertar, se requiere de un acto de voluntad consciente. Cuando uno se da cuenta de que está dormido, empieza de hecho a despertar. Implica también un acto de humildad y sinceridad con uno mismo, porque a veces, uno descubre que no es como pensaba.
El siguiente paso, es aprender a dividir nuestra atención. Hasta ahora, prácticamente siempre, la tenemos enfocada hacia fuera. Tenemos un gran vació dentro, porque estamos muy alejados de nuestro Ser interior. De manera que nuestra atención está siempre hacia el exterior, tratando de llenar ese vacío.
A todos nos ha pasado alguna vez, cuando estamos un poco deprimidos y salimos a comprarnos esto y aquello, que no necesitamos realmente, pero que nos hace ilusión.
En el fondo lo que hacemos, es tratar de tapar un vacío que está dentro de nosotros, llenándonos de cosas materiales, que nos generan sensaciones y satisfacciones.
Pero a la larga el vacío vuelve a salir; llega un día en que uno ya ha cumplido con todos sus “sueños”, ya tiene todo lo que le dijeron que le traería la felicidad, y sin embargo siente que le falta algo.
La sociedad actual, ya sabe lo que hace. Nos está bombardeando continuamente con miles de estímulos externos, para atrapar nuestra atención y mantenerla afuera. Nos crea un montón de necesidades; nos dice que seremos felices si tenemos nuestra propia casa, ese coche, esa ropa, ese tipo de vida, etc.… y muchos caemos hipotecando nuestra vida con tal de alcanzar ese nivel.
De esta manera el sistema puede controlar y manipular a todos los humanos como máquinas. Ya existen miles de leyes y normativas que nos rigen y nos dicen lo que tenemos que pensar, cómo tenemos que actuar, y que no es necesario que pensemos y decidamos por nosotros mismos.
Esto quizá parece exagerado, pero cuando uno reflexiona se da cuenta de que aun nos quedamos cortos.
Siempre estamos con la atención hacia afuera, gastando gran cantidad de energía.
Por eso, es muy importante aprender a dividir la atención, entre dentro y fuera.
Debemos empezar a acordarnos de nosotros mismos; a prestar atención a nuestro mundo interior de manera consciente, es decir hacernos conscientes de quienes somos, dónde estamos, cómo estamos, qué pensamos, qué sentimos, qué hacemos y el porqué, en cada momento. Hacer esto es un acto de poder.
Es necesario que dejemos aflorar a nuestra conciencia, que le demos algo de protagonismo y que iniciemos una verdadera relación de amistad con nosotros mismos.
Debemos convertirnos en nuestros mejores amigos y aliados, pero no de nuestro Ego y sus deseos, ambiciones, sino de nuestra conciencia que está atrapada en todo eso.
Así, de esta manera, a medida que vayamos estableciendo dentro de nosotros lo que se conoce como “Recuerdo de sí”, se irán construyendo los cimientos de un centro de gravedad en nuestro interior.
Mientras no lo hagamos, ese centro estará fuera de nosotros y en cada una de las cosas que poseemos y a las que estamos apegados e identificados, sean materiales o no. Conocí una vez a un tipo, que estaba tan identificado con su coche, que éste había pasado a ser un apéndice de él, era casi como una prolongación de sí mismo. Si se lo rayaban, le dolía casi más que si lo hacían a su propio cuerpo. El coche le llenaba; con él obtenía el reconocimiento de los demás, eso le daba seguridad y equilibrio, le hacía “ser” algo.
Con esto queremos hacer entender, que mientras tengamos nuestro centro de gravedad en el exterior, en realidad somos muy frágiles, porque nuestros puntos de apoyo están afuera, en cada una de las cosas en las cuales estamos apegados e identificados. Y si a alguno de ellos le ocurre algo o desaparece, perdemos el equilibrio interno y podemos sufrir verdaderos trastornos.
En cambio cuando uno consigue establecer su centro de gravedad en el interior, nada de lo que ocurra fuera puede derrumbarle. Ya puede caer el mundo, que el guerrero, se mantendrá impasible, sereno y perfectamente equilibrado.
Parar el mundo consiste básicamente en darse cuenta de que estamos dormidos, y lo mágico es que cuando uno se da cuenta, despierta y se pone en actividad su conciencia. Luego habrá que profundizar en ese estado, mediante el “recuerdo de sí”, la auto-observación y estableciendo ese centro de gravedad consciente dentro de nosotros.
Eso nos llevará en un primer término a ahorrar grandes cantidades de energía, que es lo que nos permitirá llevar a cabo la revolución interior: eliminar el Ego y despertar en su totalidad la Conciencia.
-
-
-
-
-
-

-

-
-
-
-
-

-
 
-

-
-

--

-
-
-
-----
-

- -e--

-

TEXTOS


-

ARTÍCULOS


-

LINK