jueves, 20 de enero de 2011

 

La importancia de los Minerales en la Dieta


El primer descubrimiento efectivo de la importancia de los minerales data de 1774, y se constató sobre vegetales. En 1873, el médico alemán Schussler escribió en su "Abrégé de thérapeutique biochimique" la siguiente frase: "Los tejidos enferman porque las células que los constituyen ya no contienen las sustancias que entran en su composición en las proporciones requeridas".
Durante mucho tiempo los científicos creían que el ser humano sólo requería unos pocos elementos minerales, hasta que Bertrand demostró que una pequeña alga, la Aspergillus niger, no podía desarrollarse sin la presencia de manganeso en la concentración de ¡una millonésima de gramo por litro! Este descubrimiento revolucionó todo el saber que se tenía sobre los minerales en relación a los seres vivos.
Ya en 1932 Ménétrier introdujo el concepto de "terreno" y "receptividad de las enfermedades" en las relaciones de éstas con los intercambios orgánicos, en especial con el equilibrio ácido-base y la posibilidad de que los minerales intervengan en dichos procesos, y por consiguiente en el estado de salud. Así nacería la ohgoterapia, es decir el uso de los oligoelementos para fines terapéuticos.
En este artículo vamos a dividir los elementos minerales en tres grupos: los macroelementos, que son los que el organismo necesita en mayor cantidad, los microelementos, que necesita en menor proporción, y finalmente los oligoelementos, que se precisan en pequeñísimas cantidades.
Si todos los tipos de tierras fuesen ricas en minerales, los vegetales sumunistrarían lo necesario para una vida normal. Esta es otra razón que apoya el cultivo biológico, devolviendo a la tierra todo lo que ella nos da.
Los minerales desempeñan un papel vital en el organismo, ya que están implicados en la elaboración de tejidos, en la síntesis de hormonas, y participan en muchas reacciones mediadas por sistemas enzimáticos. Pero el ser vivo debe tomarlos del exterior, ya que es incapaz de sintetizarlos.
Algunos entran a formar parte de diversos tejidos blandos, como el azufre y el magnesio; otros forman el esqueleto y los dientes, como el calcio y el fósforo, y otros la sangre, como el hierro.Pero todos estos minerales desempeñan otras funciones muy importantes y variadas.En muchos casos, los minerales sirven de protectores celulares o actúan como reguladores o catalizadores de reacciones.
Para no tener que recurrir a suplementos dietéticos es indispensable una alimentación equilibrada y adecuada a las necesidades de cada uno, así como a la época del año.
Una buena y sencilla manera de aportar al organismo los minerales y vitaminas necesarias para todo el día es el consumo de un plato de ensalada y uno de fruta. También con la licuadora se pueden conseguir un par de vasos de determinados alimentos (zanahoria, manzana, apio, tomate, lechuga, escarola, remolacha, etc), con los que conseguir el equilibrio mineral adecuado.

Fuentes:
Por Jordi Calmet Fontané
Revista "CuerpoMente"; Nº. 9. Primavera 1992

MACROELEMENTOS
SODIO

Funciones: Se considera el principal catión (ion con carga positiva) del organismo. Controla y regula el reparto del agua manteniendo el gradiente de presión osmótica entre el liquido extracelular y la célula con lo que evita cualquier pérdida excesiva de líquido por parte del organismo.
También interviene en la transmisión del impulso nervioso, haciendo posibles las contracciones musculares.
Es necesario para la secreción de algunas glándulas, por ejemplo para la producción de saliva o de sudor.
Su exceso provoca un aumento de la presión arterial, irritabilidad y sobrecarga de trabajo para los riñones, que lo han de eliminar por la orina.
Es preciso tener en cuenta que un alto consumo de sodio puede ocasionar pérdidas de potasio. Para evitarlo, tendremos en cuenta que muchos alimentos contienen sodio de manera oculta, como son: galletas, quesitos en porciones, mermeladas industriales, algunas aguas minerales, refrescos y zumos de fruta envasados, comprimidos efervescentes y otros fármacos como los antibióticos, platos precocinados, etc.
Sólo aumentan las necesidades de sodio cuando se suda de manera prolongada, al tomar diuréticos sin precauciones y en caso de diarreas o vómitos.

Fuentes: sal marina (un gramo de sal común contiene 0.40 g de sodio), zanahoria, remolacha, alcachofas, etc. Prácticamente no existen alimentos sin sal, por lo que el problema es encontrar los que tengan menos, de entre los que cabe destacar la pina y la fruta en general, seguidas por las verduras.

POTASIO

Funciones: junto con el sodio, actúa de regulador en el balance de agua en el organismo y participa en la contracción del músculo cardiaco. Tanto su carencia como su incremento excesivo en la sangre puede dar lugar a arritmias cardiacas potencialmente graves, por lo cual es indispensable que su concentración plasmática oscile entre dos límites bien establecidos. Su presencia es necesaria para activar sistemas enzimáticos, interviene en la síntesis de las proteínas, y en la síntesis del glucógeno.
Los síntomas que denotan su carencia son debilidad muscular, fatiga, estreñimiento, atonía intestinal, arritmias, alteraciones del corazón, deshidratación celular, edemas, etc.
Existen diferentes causas que ocasionan pérdidas de potasio; entre ellas destacamos: la hipoglucemia (azúcar bajo en sangre), el estrés físico o emocional, los abscesos que se convierten en crónicos y no se evacúan y el consumo abundante de café, alcohol o azúcar.

Fuentes: fruta y verdura fresca, legumbres secas, frutos secos, chocolate, semillas de girasol, hierbabuena, etc.
CALCIO

Funciones: el calcio, junto con el potasio y el magnesio, es esencial para la buena función cardiovascular. Junto con el flúor forma parte del tejido óseo, conjuntivo y fibroso.
Participa en la coagulación de la sangre, en la contracción del corazón, es un activador de sistemas enzimáticos y participa en el mecanismo de transmisión del impulso nervioso tanto en en las fibras nerviosas sensitivas (las que aportan información al cerebro) como motoras (las que envían órdenes de movimiento a los músculos).
El 99% de este mineral está formando parte del esqueleto óseo, reemplazándose en un 2o% cada año.
Algunos de los síntomas de su carencia son: retraso del crecimiento en los niños, osteoporosis en los ancianos, descalcificación, síntomas de raquitismo (osteomalacia en el adulto), hormigueos, entumecimiento, convulsiones, calambres, atonía de estómago, angustia, agresividad, insomnio, dolores de cabeza, cataratas y trastornos tróficos de las uñas y cabellos.
Su exceso provoca sed, pérdida del apetito, vómitos, estreñimiento, fatiga físicay psíquica, somnolencia, debilidad muscular y palpitaciones. Los principales enemigos del calcio son los alimentos ricos en ácido oxálico y ácido fítico, pues forman complejos denominados oxalatos y fitatos de calcio que no se pueden absorver en el intestino, y la presencia de un exceso de grasas en el tracto digestivo.

Fuentes: productos lácteos, aguas de mesa, y algo menos las verduras frescas, cacahuetes, nueces y semillas de girasol. El alimento más rico es el queso parmesano, seguido por el queso de gruyere y el yogur, que constituye una de las formas más equilibradas de ingerirlo.



FÓSFORO

Funciones: Está presente en todas las células del cuerpo y necesita la vitamina D y el calcio para poder realizar sus funciones adecuadamente.
Forma parte de la estructura de los huesos y, junto con ciertos lípidos, da lugar a fosfolípidos como la lecitina, que forman parte de las membranas celulares y del tejido nervioso. Es importante para el buen funcionamiento del cerebro y de los ríñones.
Sus necesidades se incrementan durante el crecimiento, el embarazo y la lactancia. Su carencia es infrecuente.
Su exceso en el organismo, caso de producirse, suele ser por insuficiencia renal aguda o crónica, así como por determinadas afecciones algo raras.
El fósforo ayuda al crecimiento y reconstrucción de los huesos, mantiene los dientes y encías saludables, alivia el dolor de la artritis y proporciona energía al favorecer el catabolismo de las grasas e hidratos de carbono.
La concentración plasmática de fósforo está en íntima relación con la de calcio, de manera que en medicina se habla más frecuentemente del producto fosfo-cálcico. Esta relación es importante, porque cuando uno de estos elementos aumenta o disminuye, ello repercute automáticamente sobre el otro. Por ejemplo, se sabe que las personas ancianas eliminan con mayor dificultad un eventual exceso de fósforo; para compensar, es decir para que el producto fosfo-cálcico se mantenga constante, disminuye la concentración de calcio, con las consecuencias perjudiciales que hemos mencionado anteriormente.
En la actualidad, la dieta occidental contiene un exceso de fósforo. Se añade, por ejemplo, a los embutidos para emulsionar las grasas y que éstas retengan agua, para aumentar el peso. También se añade a quesos, helados, pan, margarinas, bebidas a base de cola, etc.

Fuentes: Está presente en los alimentos que contienen calcio, como el queso gruyere, la soja, yema de huevo, frutos secos, chocolate, alubias, lentejas, arroz y pescado.
MAGNESIO

Funciones: Igual que el calcio el magnesio también forma parte de la estructura ósea y, en menor cantidad, de los músculos, ríñones, hígado, corazón, bazo, testículos y pulmones.
Participa en el equilibrio de la concentración del calcio y de la vitamina C, así como del fósforo, sodio y potasio.
Además de ser necesario durante el crecimiento, equilibra el sistema nervioso central (posee una acción sedante), también es importante para la correcta transmisión del impulso nervioso a los músculos, disminuye la excitabilidad del corazón, y aumenta la secreción de la bilis.
Este elemento interviene en las primeras etapas de la síntesis de las proteínas, de ahí su importancia para el buen funcionamiento del tejido conjuntivo, y por lo tanto de los cartílagos; por todo ello se hace indispensable en el tratamiento de la artrosis.
Su déficit se manifiesta por irritabilidad, palpitaciones, astenia, fatiga, calambres, boca seca, sensación de opresión, temblores, dolores de cabeza, vértigos, problemas tróficos de uñas y cabellos, etc.
La vitamina B6 y la vitamina D favorecen la fijación del magnesio en el organismo.
Los signos clínicos de un exceso de magnesio son; enlentecimiento del ritmo cardíaco, náuseas, hipotensión, somnolencia, etc.
Ayuda a contrarrestar la depresión, junto con el calcio actúa como tranquilizante natural, mantiene los dientes saludables, evita los depósitos de calcio, piedras en los riñones y cálculos biliares, previene los ataques cardíacos y mantiene sano el sistema cardiovascular.
Un estudio realizado en los EE.UU. demostró que la tasa de fallecimientos debidos a enfermedad coronaria (infarto de miocardio) era menor en las ciudades donde el contenido de magnesio del agua potable era superior a la media. Posteriores estudios realizados en Canadá corroboraron este hecho.

Fuentes: cacao, soja, frutos secos, avena, maíz, y algunas verduras.



CLORO

Funciones: Mantiene la presión osmótica y el equilibrio ácido-base en el organismo. También ayuda a la eliminación de impurezas del cuerpo, al ayudar al hígado en esta función.
Facilita la digestión y mejora la flexibilidad muscular.


Fuentes:sal de mesa, algas marinas Kelp, aceitunas, etc.
AZUFRE

Funciones: Está presente en todas las células, entra en la composición de diversas hormonas (como la insulina, glucagón, etc.) y vitaminas (como la tiamina y biotina); los tejidos corporales con las proteínas más ricas en aminoácidos azufrados son la piel (capa córnea), uñas, cabellos, cartílagos y tendones.
El azufre forma parte de complejos moleculares que realizan una importante función de eliminación de productos tóxicos, a los que neutraliza. También interviene en el intercambio de oxígeno a nivel celular. Coopera con las vitaminas del grupo B y ayuda al hígado en la secreción de bilis.
Se considera un regenerador de la mucosa respiratoria, siendo ideal en casos de rinitis, bronquitis, etc. También es útil en afecciones reumáticas, como en la artrosis.
Es un excelente complemento en las curas termales. Embellece el cutis, hace más brillante el cabello y ayuda a combatir las infecciones bacterianas.

Fuentes: legumbres (alubias, guisantes, lentejas, garbanzos, habas), col, cebolla, ajo, espárrago, puerro, pescado y yema de huevo.

MICROELEMENTOS
HIERRO

Funciones: El hierro es necesario para la producción de hemoglobina, molécula que transporta el oxígeno en el interior de los glóbulos rojos, y mioglobina, cuya función consiste en almacenar el oxígeno a nivel muscular. También forma parte de la estructura de numerosos enzimas de la cadena respiratoria (catalasa, peroxidasa, citocromos, etc.)
El hierro se almacena en el organismo unido auna molécula proteica, la ferri tina, sobre todo en el hígado, y también en el bazo y la medula ósea.
También es necesario para la metabolización adecuada de las vitaminas del grupo B.
Las personas que consumen café o alcohol en exceso pueden sufrir fácilmente un déficit de este elemento. Es muy necesario durante el crecimiento, mantiene el buen color de la piel, previene la fatiga y cura o previene la anemia ferropénica (por déficit de hierro).

Fuentes: yema de huevo, verdura verde (espinacas, lechuga...) trigo, avena, legumbres, frutos secos, espárragos y levaduras.

FLÚOR

Funciones: Es un catalizador de reacciones metabólicas del sistema osteoarticular, ejerciendo una acción de tipo enzimático.
Previene la caries dental y fortificalos huesos.
El déficit de flúor provoca pérdida de calcio de los huesos y dientes, v también afecta a la salud del tejido estructural del cuerpo (tejido conjuntivo). Por ello causa una mayor tendencia a sufrir terceduras y luxaciones.

Fuentes: el agua, el té, el pescado, col, espinacas y, en muy poca cantidad, la leche de vaca.


YODO

Funciones: Se considera indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, puesto que es elemento fundamental en las hormonas tiroideas, las cuales actúan sobre el sistema nervioso, la circulación de la sangre, regulan el metabolismo nutricional, el funcionamiento neuromuscular y del corazón. También participan en la salud de la piel, las uñas y los cabellos.
Ayuda al crecimiento, mejora la agilidad mental, quema el exceso de grasa y desarrolla correctamente los tegumentos (cabello, uñas, piel y dientes).
Todavía en la actualidad hay zonas geográficas alejadas de la costa marítima (Alpes, Pirineos, Cárpatos) en las que sus habitantes padecen carencia de yodo con frecuencia. Ello ocasiona la enfermedad denominada bocio, en la que la glándula tiroides aumenta de tamaño de forma espectacular. Algunos alimentos como la col, las coles de Bruselas, el nabo o la coliflor contienen sustancia antitiroideas que obstaculizan la incorporación del yodo a la glándula tiroides, por lo que su consumo es desaconsejado en las personas que padecen hipotiroidismo (poca función tiroidea).
Este elemento parece ser un buen protector contra el proceso de envejecimiento general. Un motivo más para que no falte en ninguna dieta.

Fuentes: algas Kelp, vegetales cultivados en suelos ricos en yodo, pescado de mar, sal marina y algunas frutas como la pina, la grosella o las ciruelas.
MANGANESO

Funciones: Ayuda a activar muchos enzimas que actúan en la síntesis de las grasas, y participa en el aprovechamiento de la vitamina C, la B, y la biotina.
Es necesario para formar la estructura normal de los huesos. También colabora en la formación de la tiroxina, la hormona principal que segrega la glándula tiroides.
Elimina la fatiga, participa en los reflejos musculares, mejora la memoria y reduce la irritabilidad nerviosa.

Fuentes: cereales, legumbres secas, crustáceos y productos del mar. Ciertas frutas como arándanos, plátanos y piña, también frutos secos oleaginosos como la almendra, y el perejil. Secundariamente está contenido en el té, genjibre, verduras de hoja, salvado de arroz y de trigo, y espinacas.




COBALTO

Funciones: Contribuye a la formación de glóbulos rojos (está contenido en la molécula de la vitamina B]2). También existe en ciertos enzimas, pero muchas de sus funciones son aún desconocidas.

Fuentes: carne, pescado, leche y derivados, rábanos, remolacha roja, cebolla, col blanca, alubias, lentejas e higos.
COBRE

Funciones: Es necesario para convertir el hierro almacenado en el organismo en hemoglobina (principal componente de los glóbulos rojos). Facilita la utilización del aminoácido tirosina por el organismo, aminoácido que colabora en la pigmentación del cabello y de la piel. Es esencial para la asimilación de la vitamina C. Colabora en la absorción del hierro, por lo que es considerado un antianémico.


Fuentes: cacao, trigo, avena, soja, pimienta, alubias secas y guisantes.




CINC

Funciones: El cinc controla el flujo de los procesos metabólicos, estimula la producción de linfocitos, es esencial en la síntesis de las proteínas, participa en la contractilidad de los músculos y es necesario para la formación de la insulina.
Previene la aparición de ciertos desórdenes mentales, acelera la cicatrización de todo tipo de heridas, elimina las manchas blancas de las uñas, tonifica el sentido del gusto, evita problemas prostáticos, favorece la actividad mental, ayuda a disminuir los depósitos de colesterol y es utilizado en el tratamiento de la infertilidad.


Fuentes: crustáceos, levadura de cerveza, germen de trigo, huevos y leche en polvo desnatada.
OLIGOELEMENTOS
SILICIO

Funciones: Se considera indispensable para la asimilación del calcio, también participa en la formación de nuevas células y en la nutrición de los tejidos. Es esencial para el crecimiento.
Mantiene la buena salud de la piel, huesos, uñas, articulaciones y cartílagos.
Fuentes: agua potable y alimentos vegetales, de los que destacan el rábano, la avena, el centeno, la cebada y el arroz.

NÍQUEL

Funciones: El níquel es necesario para el buen funcionamiento del páncreas.


Fuentes: legumbres secas, cereales integrales, espinacas, perejil y habas
CROMO

Funciones: Participa en el transporte de las proteínas por el organismo.

Ayuda en el crecimiento, frena la diabetes, evita y baja la presión arterial alta.

Fuentes: grasas y aceites vegetales, levadura de cerveza, cebolla, lecbuga, patatas, anacardos, berros, almejas.
LITIO

Funciones: Es fundamental para la regulación del sistema nervioso central y la salud de nuestra psique. Posee una ligera acción sedante del sistema nervioso, reduce la actividad de la glándula tiroides y regula la tensión arterial. También evita las psicosis maniaco-depresivas, motivo por el que es utilizado en psiquiatría.

Fuentes: ensalada, patatas, crustáceos, algunos pescados.


MOLIBDENO

Funciones: Facilita el dinamismo metabólico de los carbohidratos y las grasas.
Ayuda a prevenir la anemia, favorece el bienestar general, previene la caries.

Fuentes: germen de trigo, alforfón, leguminosas, cereales integrales, vegetales de hoja verde oscura.
SELENIO

Funciones: Tiene las mismas propiedades desintoxicantes que el azufre. Sus funciones se hallan estrechamente ligadas a la vitamina E, resultando ser antioxidante, por lo que previene o retarda el envejecimiento de los tejidos debido a la oxidación.
Se utiliza en el tratamiento de enfermedades dermatológicas como la dermatitis seborréica y de las micosis (enfermedades por hongos) reincidentes.
Ayuda a mantener la elasticidad en todos los tejidos, se utiliza para el tratamiento y prevención de la caspa, alivia los sofocos y el malestar de la menopausia, neutraliza los oxidantes alimentarios o procedentes de la contaminación, con lo que puede ser un preventivo de ciertos tipos de cáncer.

Fuentes: germen y salvado de trigo, cebollas, col de Bruselas, tomate, brécol, levadura de cerveza.
VANADIO

Funciones: A dosis altas inhibe la síntesis de colesterol y de otras grasas plasmáticas. También tiene un ligero efecto protector de los ataques cardíacos.

Fuentes: grasas, aceites vegetales, y pescado
LAS SALES CELULARES
Las sales celulares son compuestos minerales inorgánicos que forman parte de nuestros tejidos corporales.También se conocen por el nombre de su descubridor, Schussler, el cual halló que si el organismo era deficitario en alguna de estas sales, se producían trastornos o enfermedades y, además, que si dicha deficiencia se corregía, el organismo se restablecía.
Estas sales celulares son:

Fluoruro de calcio: forma parte de los tejidos conectivos. Su desequilibrio puede causar venas varicosas, dentición tardía, esguinces en músculos y tendones, y piel agrietada.

Fosfato de calcio: se halla en todas las células y fluidos del organismo. Forma parte de los jugos gástricos, huesos y dientes. Su desequilibrio o deficiencia puede ser causa de tener las manos y pies fríos, entumecimientos, senos doloridos y excesiva sudación.

Sulfato de calcio: forma parte de todo el tejido conjuntivo del organismo. Se halla también en las células del hígado. Su desequilibrio o deficiencia puede causar erupciones en la piel, abscesos profundos y úlceras crónicas.

Fosfato de hierro: Forma parte de las células de la sangre y otras células a excepción de las de tipo nervioso. Su desequilibrio o deficiencia puede ser causa de diarreas continuas o, paradójicamente, estreñimiento. Se ha usado como remedio cuando sangra la nariz y en menstruaciones excesivas.

Cloruro de potasio: Se halla en las membranas e interior de las células. Su desequilibrio o deficiencia puede ser la causa de granulaciones en los párpados, verrugas y eccema con ampollas.

Sulfato de potasio: Las células que forman la piel interactúan con esta sal. Su desequilibrio o deficiencia puede ser la causa de erupciones en la piel, color amarillento de la lengua, sensación de pesadez y dolores en los miembros.

Fosfato de potasio: Se encuentra en todos los tejidos del cuerpo, especialmente en el sistema nervioso y células de la sangre. Un desequilibrio o deficiencia en esta sal puede provocar una mala digestión de las grasas, poca memoria, ansiedad, insomnio y pulso rápido pero desfallecido.

Fosfato de magnesio: Forma parte de los huesos, dientes, sistema nervioso, sangre y células musculares. Su desequilibrio o deficiencia puede causar calambres, neuralgia, y dolores punzantes o cólicos.

Cloruro de sodio: Regula el agua en el organismo, llevándola a las células.

Fosfato de sodio
: Emulsiona los ácidos grasos y mantiene el ácido úrico soluble en la sangre. Su desequilibrio o deficiencia puede causar ictericia, aliento agrio y sabor ácido o metálico en la boca.

Sulfato de sodio: Funciona como estimulante para las secreciones naturales. Su desequilibrio o deficiencia puede causar febrícula (fiebre de pocos grados), edemas, depresión y desórdenes de la vesícula biliar.

Acido silícico: Es parte de todo el tejido conectivo de las células, así como también del cabello, uñas y piel. Su deficiencia o desequilibrio puede causar mala memoria, caída del cabello, uñas acanaladas o con otras alteraciones.

LOS MINERALES EN LA DIETA

Los minerales en la dieta (I): Calcio, Fósforo y Hierro
Los minerales en la dieta (I): Magnesio, Zinc y Sodio
Los minerales en la dieta (III): Flúor, Potasio y Yodo

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